
Algunas personas a menudo nos complicamos la existencia pensando en el cómo? el por qué? O el dónde? de algunas situaciones y entonces comenzamos a hacer conjeturas inciertas muchas de ellas basadas en la simple especulación de la razón propia, nuestra mente comienza a sabotearnos con información revuelta y aderezada con un poco de especies viscerales que le dan sustancia a los pensamientos, se llega a convertir en una guerra contra uno mismo, donde ser juez y parte es un verdadero caos, sin embargo existe la otra cara de la moneda, pues nuestra mente también puede ser un cómodo y agradable medio de transporte, ya sea que viajes en el tiempo o hacia mundos que tus pies nunca han pisado y quizá no pisarán jamás.
Consideró que tengo una mente volátil, hábil en muchas ocasiones, creativa, atormentante y persistente, llena de ideas y razonamientos constantes, y en ocasiones quizá hasta perturbadores. Recuerdo que de pequeña cuando estaba en casa alejada de las aglomeraciones que hacían mis compañeros de juego, imaginaba que me ubicaba en determinado lugar y situación, con personas que yo elegía para crear una historia en la cual la principal protagonista, obviamente… era yo, había de todo y en extremo, podía pasar horas inventando personajes e historias, tan interesantes como revueltas.
Hoy día recurro a aquellos ejercicios mentales para contrarrestar los momentos de rutina, los días de ocio o simplemente hacer más ameno el trayecto de regreso a casa. Creo que también lo hago cuando necesito encontrarme, cuando busco respuestas, opciones y entonces.... sucede que me topo contra algo que no busco, con algo que sólo encuentro.