Ese día vale más que 500 pesos

Hoy la persona que me inspira a escribir, se ha quedado sin historias, sin creatividad sin imaginación.... he buscado sus escritos y solo hay hojas en blanco, será que salió de viaje o simplemente tiene un lapso de reposo en su vida?

Tengo mis propias historias para contar, pero en ellas aún sigo encontrando esos momentos grises de nostalgia y tristeza, hay respiros como el de hace unos días en que indudablemente mi interior se lleno de una alegría mágica...

Toco ir a pagar uno de las infinitas factura de servicios domésticos, así que después de la comida me dirigí a la placita junto con Uña-amigo, Lotso y Pituca, íbamos placidamente por los pasillo de aquel lugar, entonces ingrese al cajerito destinado para pagar, junto a mi la señora X haciendo sus respectivos pagos.
Ahí estaba instalada y concentradamente observando la pantalla, mientras esperaba mi recibo y mi cambio, Doña X dio media vuelta para  retirarse, en eso a través del rabillo del ojo pude ver como caía algo al suelo, voltié y era un billete de quinientos pesos..... no lo podía creer...

Mientras lo miraba ahí abandonado y muy cerca de mi pie, entraba una pareja a realizar sus transacciones en el cajero abandonado por Doña X, en eso hice un movimiento de contorcionismo y lo levante simulando que era mío, apuradamente tome mi recibo y mi cambio, mientras con la mirada buscaba a Doña X para devolverle su olvido...

Salí ansiosamente y pregunte a la banda si la habían visto salir y hacia donde se dirigía, pero nada... ninguno supo dar una dirección o respuesta para ayudarme... recuerdo que mientras cruzaba la puerta de aquel lugar mi mirada se cruzo con la de una señora de edad avanzada, en sus ojos vi nobleza, aceptación y agrado, su sonrisa me daba aprobación de algo... no sé que...

No pude localizar a Doña X, fue como si hubiera desaparecido... conserve el billete en mis manos y mi mirada seguía buscando a una persona que ahora estoy segura no hubiera reconocido ps nunca vi su rostro y tampoco recuerdo los colores de sus prendas.... pero mi intención era buena.

En un principio sentía no merecer aquel regalo, pero después entendí eso que dice Sr. Clos es un equilibrio de la vida y entonces entendí que debemos aceptar lo que llega y tener una correspondencia con la vida en el momento que haya oportunidad.

Le agradezco a la vida, a ese ser supremo que sin duda existe y mueve los hilos y a mi  Diego que nunca me abandona, porque cuando más triste me siento y abandonada por mi alrededor, alguien toca mi hombro y me dice aquí estamos detrás de ti, camina o te sacamos los zapatos, jajajaja...

Apreciada sea mi suerte que me regala lecciones de vida.  Gracias!!