"Descansa y deja que el negro manto de la noche cubra las lágrimas de tu tristeza, sólo distrae a la luna para que no se refleje en ellas".
(Sr. Clos)
(Sr. Clos)
Está agonía que hoy embarga mi alma, es dura, fría y aún no encuentro la calma. Cómo evitar romper ese lanzo que una vez nos unió? Dónde descansa Dios? necesito tocar a su puerta, si es preciso le gritaré hasta encontrarlo, es urgente que su presencia la sienta directa.
Es inútil conservar la calma, una idea me lleva a otra y al final solo estas tú, ahí de pie como gran soldado, no hay un gesto amable y mucho menos una sonrisa.
Te veo entre penumbras, como si fueras un sueño...
Corro hacía ti y mis manos se quedan a una pequeña distancia de poder sentir tu calor, el espacio crece mientras te veo alejarte. Me quedaré en está orilla viéndote partir, el viento frío envuelve mi cuerpo, la soledad comienza a alojarse, una lágrima recorre mi mejilla, mi mente viaja a un espacio infinito y este vacío que has dejado, sigue siendo cada vez más inmenso.
El tiempo comienza a hacer su trabajo, pasan los minutos, después vendrán las horas y aunque el avanzar es lento, ya puedo entender su caminar. Llegó la Soledad, poco a poco se acerca y volvemos a ir de la mano, por momentos el dolor disminuye, pero mis pensamientos me traicionan y menciono tu nombre, tu recuerdo llega sin previo aviso y de nuevo el dolor carcome por dentro.
La vida se llena de momentos, alegrías, lágrimas, risas y desvelos... Por hoy está noche es larga... muy larga, pero el momento ya termino...
