Ojos de Luna

Debajo del negro manto de lo noche, me encontré perdido, tan perdido como se pierde un niño lejos de la mano de su madre, perdido como me perdería en el negro de tu pelo, perdido en el negro de tus ojos, tan místicos como la oscuridad imposible de conocer de la luna.

Ojos de luna en mi corazón
Cabello azabache de mi quimera
Que sin comparsa ni son
Ha de corromper mi razón

Ojos de luna que no he de llenar
Que siempre habré de esperar
Ya que sin ellos mi muerte anunciada está

Manto maravilloso estelar
Que no opaca tu negro brillo
Que sin embargo no alcanza para llenar el vacío
Que dejas cuando te has ido

Dame la oportunidad de ir a ti
Para así de mi vida obtener la quid
Y apacible sin dislate
Caer en un profundo dormir

....

Halcón a medias

Desde lo alto de un rascacielos los aviones observo,
quiero saltar, miro hacia el suelo,
quiero saber si yo vuelo.

Y ahora viajaría con mi mente a la lejanía,
¡mira!, he levantado el vuelo,
estoy en una nube encima de tus sueños.
Soy medio halcón que, sin cadenas,
huye del mundo que nos condena,
que indiferente suele volar
sobre las luces de la ciudad.

Yo busco un poco de libertad.
Vuelvo de nuevo al rascacielos con muchas horas de vuelo.
Miro hacia abajo, ¿qué es lo que veo?,
gente que pasa con miedo.

Y quizá pudiera ser mi secreto para sobrevivir
sentarme en un rascacielos y quedarme
allí para que nadie se proponga capturarme...
Soy medio halcón voy sin cadenas,
huyo del mundo que nos condena,
que indiferente suelo volar
sobre las luces de la ciudad.

And so, my friends, abre las alas
y tu alma volará, ¡oh! roba tu felicidad.
And so, my friends, abre tus alas
que sin duda tendrás, ¡oh! gánate tu libertad.

Soy medio halcón voy sin cadenas,
huyo del mundo que nos condena,
que indiferente suelo volar
sobre las luces de la ciudad.
Yo busco un poco de libertad.

Grita!!!

Cuando más ganas tenemos de escondernos debajo de las cobijas y no salir jamas, ni emitir el mínimo sonido, es cuando más fuerte debemos gritar!
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Hace días que te obsevo,
he contado con los dedos,
cuantas veces te has reído,
una mano me ha valido.
Hace días que me fijo,
no se que guardas ahí dentro
a juzgar por lo que veo,
nada bueno, nada bueno.
De qué tienes miedo,
a reir y a llorar luego,
a romper el hielo,
que recubre tu silencio.
¡Suéltate ya! y cuéntame
que aquí estamos para eso,
pa lo bueno y pa lo malo,
llora ahora y ríe luego.
Si salgo corriendo, tú me agarras por el cuello,
y si no te escucho, ¡Grita!
Te tiendo la mano, tú agarra todo el brazo,
y si quieres más pues, ¡Grita!

Oleo de una mujer con sombrero

Una mujer se ha perdido
de conocer el delirio y el polvo,
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura
debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar,
se ha perdido mi huella en su mar.

Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna
con otra figura
que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló.
Veo más: veo que se perdió.

La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias,
se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.

Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota
y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.

Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo
y yo, que no soy bueno,
me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir.